FAUNA TALLER DE EDICIONES ECONÓMICAS
En las ruinas del bosque | Paulo Tavares
En las ruinas del bosque | Paulo Tavares
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Título: En las ruinas del bosque
Autor: Paulo Tavares
Editorial: Taller de Ediciones Económicas
ISBN: 978-92-0-019581-5
Sinópsis:
En 1986, durante un vuelo sobre el suroeste de la Amazonia, el geógrafo Alceu Ranzi observó una enorme obra de tierra geométrica cortada en medio de una vasta extensión de tierra deforestada. Desde tierra, la estructura era casi imperceptible, ya que se integraba con el entorno como un accidente topográfico natural, pero desde la perspectiva de la aeronave, su preciso plano arquitectónico se distinguía claramente como una inscripción de ingeniería sobre la superficie terrestre. Ranzi reconoció que el "geoglifo" era una construcción precolombina, y desde entonces, estudios satelitales demuestran que su sorprendente hallazgo es solo una parte de un complejo arqueológico mucho mayor, formado por al menos cuatrocientos geoglifos repartidos en un territorio casi tan grande como los Países Bajos. Aún es incierto si esta extensa red de estructuras monumentales sirvió para propósitos militares, religiosos o de manejo de recursos, pero a través de la datación por carbono es posible inferir que fueron ocupadas entre los años 900 y 1500 de la era actual, demostrando que antes de la invasión colonial europea esta región de la Amazonia estuvo habitada por sociedades amerindias cuyos diseños espaciales produjeron notables transformaciones en el paisaje forestal. Los geoglifos permanecieron desconocidos porque, tras quedar desocupados, los terraplenes quedaron cubiertos de vegetación forestal, y probablemente existan cientos más bajo los árboles que aún se mantienen en pie. En las décadas de 1970 y 1980, cuando Brasil estaba gobernado por una dictadura militar modernizadora, esta región fue sometida a un agresivo proyecto de colonización que desencadenó una rápida deforestación. Este proyecto formaba parte de una estrategia de macroplanificación para “ocupar e integrar” toda la porción de la cuenca amazónica que se encontraba bajo soberanía brasileña, casi el sesenta por ciento del área total de la cuenca. Sus modernos esquemas territoriales y diseños espaciales se basaban en la concepción de que el bosque era una terra nullius/tabula rasa vacía y homogénea que podía ser domesticada, planificada y rediseñada racionalmente en su conjunto. Sobre el terreno, los impactos de esta ideología militarizada y masculina de control y explotación total de la naturaleza fueron extremadamente violentos. La modernización de las fronteras estuvo acompañada de lo que la Comisión de la Verdad de Brasil describió como una “política de borrado” de los pueblos indígenas, que dejó tras de sí miles de personas desaparecidas, innumerables comunidades desplazadas y causó daños graves, duraderos y generalizados al ecosistema forestal. Los geoglifos se hicieron visibles en medio del paisaje devastado, similar a la sabana, heredado de la dictadura militar. Dos ruinas monumentales de épocas lejanas —las tierras arrasadas de la modernidad tardía y las fortificaciones precoloniales— se superponen en el espacio como evidencias complementarias de un genocidio continuo que duró quinientos años. Más que documentos históricos de violencia, el descubrimiento de estas estructuras destrozó el imaginario colonial sobre la naturaleza del bosque que impulsaba el expansionismo fronterizo. Las imágenes de lo prístino, lo silvestre, el "desierto verde" y muchas otras imágenes de la naturaleza deshumanizada empleadas para describir el bosque constituyeron otros medios mediante los cuales se perpetró la política de borrado, desplazando a los pueblos indígenas y eliminando sus historias del lenguaje para ocultar la violencia física de los desalojos, las masacres y el acaparamiento de tierras. Este imaginario colonial encontró su complemento y legitimación en los modelos científicos que consideraban la Amazonía como un entorno primigenio que apenas había cambiado desde el Pleistoceno y sobre el cual los pueblos indígenas no habían ejercido un impacto significativo. Uno de los argumentos centrales que esta visión era la aparente falta de evidencia de que las sociedades indígenas hubieran domesticado y transformado su entorno de manera significativa, lo cual se expresaba con mayor claridad en la notoria ausencia de complejos arqueológicos en el paisaje forestal. La falta de diseño humano se ajustaba a la naturaleza prístina del bosque, ya que este representaba una imagen negativa contra la cual se podían definir los conceptos tanto de diseño como de lo humano.
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